octubre 19, 2025

París es una fiesta – Líder en deportes

Como en las póstumas memorias de Ernest Hemigway sobre los años de probreza y felicidad que vivió en los barrios de la cosmopolita capital francesa, compartiendo amistad con la malhumorada y genial novelista Gertrude Stein; devorando los tomos gratuitos que ofrecía Sylvia Beach en la librería circulante Shakespeare and Companay, donde se publicó la primera edición del Ulises de James Joyce, una obra por entonces prohibida en Estados Unidos e Inglaterra; escribiendo a lápiz en los cafés, mientras departía con algunos miembros de la “generación perdida” de la peña de escritores y amigos de la noche integrada por Scott Fiztzgerald, Sinclair Lewis, Sherwood Anderson y Ezra Pound, París vuelve a ser, a partir de hoy, una fiesta monumental que contagia al mundo de esperanza con la celebración de la edición número treinta y tres de los Juegos Olímpicos de la modernidad.

Por tercera vez en la historia, la Ciudad Luz acoge a la máxima cita multideportiva de la humanidad. Fue sede en la segunda edición de 1900, pero en aquel entonces las competencias se realizaron bajo el paraguas de la Exposición Universal y por ningún lado se incluyó que aquellas 447 pruebas en 34 disciplinas deportivas formaban parte de unos Juegos Olímpicos.

En esos días el Comité Olímpico Internacional presidido por el francés Pierre de Coubertin, padre del olímpismo moderno, era una institución frágil, sin recursos y debió aceptar a regañadientes el criterio impuesto por el comité organizador de los “Concours internationaux physiques et de sports” , por los que el evento se disputó a los trompicones a lo largo de los cinco meses que duró la Exposición Universal.

De aquella edición, vale recordar que las mujeres debutaron en las competencias, contrariando el machismo de Coubertain que rechazaba la idea de que las féminas se dedicaran a las actividades deportivas. Así la inglesa Charlotte Cooper pasó a la historia como la primera mujer en coronarse campeona olímpica, al comandar la prueba de tenis.

En 1924, los mismos años en los que Hemigway hacía de corresponsal del Toronto Start y borroneaba sus primeros relatos en París, se realizaron los segundos Juegos Olímpicos, marcados por el asombro de la selección de fútbol de Uruguay, comandada por Pedro “Perucho” Petrone, que ganó el oro olímpico al pasear 0-3 a Suiza.

Cien años después, París vuelve a ser sede olímpica. Tras la cita de Tokyo 2020, que se celebró un año después (2021) en un encierro mundial por el terror al maligno covid-19, estos Juegos serán a cielo abierto con una inauguración inédita de delegaciones desfilando en barco por el Sena, y con lugares emblemáticos de París como la Torre Eiffel, la Plaza de la Concordia, donde el pueblo inició la revolución francesa en 1789, o los jardines del Palacio de Versalles, acogiendo las competencias.

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