Arráez vale oro y no lo saben
El beisbol está en constante evolución, las reglas cambian, los jugadores son movidos como fichas de ajedrez, constantemente se implementan nuevos estilos y, aunque la esencia del juego parece ser la misma, surgen cada vez más estadísticas para medir milimétricamente el aporte que cada jugador hace realmente a su equipo. En esa línea, estadísticas que siempre fueron referencia para hablar de calidad, como el average por ejemplo, resultan obsoletas y bateadores como Luis Arráez parece que ya no son la prioridad de las organizaciones.
Poco importa que tenga tres temporadas consecutivas siendo el mejor bateador de cualquiera que sea la liga que disputa, en 2022 con los Mellizos tras ligar para .316, al año siguiente con Marlins luego de batear .354 (el promedio más alto de todo el Big Show) y en 2024 con Padres al concluir con un promedio de .314 a pesar de jugar la mitad de la temporada con una lesión en el pulgar derecho, la cual no pudo resolver sino hasta finalizar la contienda.
Tampoco se le da mayor importancia al hecho de que la contienda pasada registró 141 visitas al plato sin poncharse, la racha más larga desde 2004, cuando Juan Pierre hizo lo propio en 147 turnos. Y es que en general, en 150 juegos y 672 visitas al plato, el venezolano solo se ponchó en 29 ocasiones, la menor cantidad en una temporada completa desde 2019, cuando debutó con los Mellizos. Por segundo año consecutivo alcanzó los 200 hits, una cifra que en toda la Gran Carpa solo superó Bobby Witt con 211.
Que solo da sencillos, que no empuja carreras y no roba bases son los alegatos de quienes quieren insistir en que es un pelotero más del montón. Pero él cumple con lo que le corresponde que es embasarse, poner la bola en juego, tanto así que en 2024 no hubo un primer bate que diera más hits que él (198). Si es verdad que puede robar más y correr mejor las bases, siempre se puede mejorar y él tiene la disposición. ¿Es eso suficiente?. San Diego le dio en enero un contrato de 14 millones de dólares para la temporada del 2025, justo antes de la fecha límite, pero eso no silenció los rumores de cambio.
Desde su firma, tanto él como Dylan Cease han sido señalados como piezas de negociación. Ahora, en un giro inesperado, se habla de que le van a dar la titularidad en la primera base e incluso se ha dicho que podrían negociar una extensión de contrato. Un cambio rotundo en relación a lo dicho desde que estampó su firma para 2025.
Pareciera que el equipo en realidad no sabe qué hacer con él, pero ojalá lo decidan rápido y pongan fin a los rumores que cambian semana tras semana. Después de todo estamos hablando de un pelotero que domina como nadie el arte de batear y, de seguro, puede evolucionar.