Llamada a la acción para los profesionales de la salud: importancia del ejercicio en pacientes con cáncer

Dalla Via J, Cehic F, Peddle-McIntyre CJ, Andrew CR, Mizrahi D, Zissiadis Y, Spry NA, Newton RU, Kennedy MA. Translating advocacy into action: exploring oncology healthcare professionals’ awareness and use of the Clinical Oncology Society of Australia position statement on exercise in cancer care. Support Care Cancer. 2025 Jun 14;33(7):581. doi: 10.1007/s00520-025-09633-0.
Existe una sólida evidencia científica sobre los beneficios del ejercicio físico para las personas que viven con cáncer o han sobrevivido a él. El ejercicio, cuando se prescribe adecuadamente, puede reducir múltiples efectos secundarios físicos y psicológicos relacionados con los tratamientos oncológicos. Sin embargo, a pesar de esta evidencia, menos del 13% de las personas con cáncer en Australia reciben alguna recomendación o asesoramiento sobre ejercicio como parte de su atención médica.
En 2018, la Clinical Oncology Society of Australia (COSA) publicó un documento de posición que fue respaldado por 20 organizaciones. Este establece que el ejercicio debe formar parte del tratamiento estándar basado en evidencia para pacientes con cáncer. La declaración insta a todos los profesionales sanitarios implicados en la atención oncológica a:
- Discutir con sus pacientes el papel del ejercicio.
- Recomendar la adherencia a las guías de ejercicio.
- Derivar a los pacientes a profesionales de la salud especializados en prescripción y supervisión de ejercicio, como fisioterapeutas o fisioterapeutas del ejercicio acreditados.
No obstante, es ampliamente reconocido que la integración de cambios en la práctica clínica puede tardar años. Las declaraciones de posicionamiento, como la de COSA, son herramientas clave de abogacía que ayudan a definir recomendaciones y a generar cambios institucionales, pero su impacto real en la práctica clínica es desconocido. Dada la continua importancia de incorporar el ejercicio en la atención oncológica, resulta necesario examinar en qué medida esta declaración ha sido adoptada.
Este estudio tuvo dos objetivos principales:
- Analizar el grado de conocimiento y la aplicación en la práctica clínica de la declaración de COSA entre los profesionales de la salud oncológica en Australia.
- Identificar barreras y facilitadores para su implementación.
Este estudio transversal mostró que, a pesar del consenso entre los profesionales sobre los beneficios del ejercicio en pacientes con cáncer, existen múltiples barreras que impiden llevar la recomendación de COSA a la práctica clínica habitual. La mayoría de los obstáculos se localizan en el “contexto interno” de las organizaciones sanitarias, según el marco CFIR (Consolidated Framework for Implementation Research), utilizado como guía para la encuesta.
- De la defensa a la acción: la necesidad de operacionalizar las declaraciones
Aunque las declaraciones de organizaciones influyentes como COSA son fundamentales para iniciar cambios, deben ir acompañadas de estrategias de implementación específicas para generar un impacto real. En este estudio, el 94% de los profesionales coincidió en que el ejercicio es beneficioso, pero solo el 35% aplicaba regularmente las recomendaciones de COSA en su práctica. Esta brecha entre conocimiento y acción también se ha observado en otros países: por ejemplo, en Japón, solo el 20% de los profesionales conocía y aplicaba las recomendaciones sobre actividad física para pacientes con cáncer de mama.
La baja tasa de uso práctico de las guías refleja un problema global más amplio de falta de implementación efectiva de recomendaciones basadas en evidencia sobre actividad física en entornos clínicos. Aunque los clínicos reconocen su valor, existen obstáculos logísticos, estructurales y organizativos que dificultan la integración del ejercicio en el tratamiento estándar.
- Comprender los retos contextuales para mejorar la implementación
La clave para mejorar la incorporación del ejercicio en la atención al cáncer es comprender qué barreras concretas enfrentan los profesionales en sus entornos. El presente estudio identificó varios desafíos:
- Barreras organizativas: Falta de recursos específicos para apoyar la promoción del ejercicio; solo el 24% de los encuestados indicó que su organización había revisado sus prácticas basándose en las recomendaciones de COSA.
- Barreras individuales: Muchos profesionales (especialmente no oncólogos ni enfermeras) no consideran que proporcionar recomendaciones de ejercicio forme parte de su rol.
- Barreras externas: Dificultades económicas, falta de transporte y barreras educativas que enfrentan los pacientes para acceder a servicios de ejercicio.
A pesar de que la mayoría de los participantes estaban a favor de recomendar ejercicio, muchos no sabían a quién o cómo derivar, o pensaban que no era su responsabilidad. Esto resalta la necesidad de estrategias claras que delimiten qué profesionales deben discutir, recomendar y derivar al ejercicio.
- Importancia de la colaboración multidisciplinar
El éxito de la integración del ejercicio en la atención al cáncer depende de la colaboración entre diversos actores del sistema sanitario: investigadores, gestores, profesionales sanitarios, responsables políticos y pacientes. Aunque el documento de COSA ha sido respaldado por 20 entidades, ampliar el número de organizaciones comprometidas con esta causa puede facilitar su implementación más amplia.
Una oportunidad clara es reforzar el papel de los médicos de atención primaria, quienes pueden activar planes de Manejo de Enfermedades Crónicas (Chronic Disease Management) en Australia para que los pacientes accedan a fisioterapia o fisiología del ejercicio subvencionadas. Este estudio halló que el 74% de los encuestados reconocía las barreras económicas de los pacientes, y solo el 12% desconocía este recurso.
Además, la asignación de roles específicos es fundamental: aunque la mayoría de las enfermeras y oncólogos reconocían el ejercicio como parte de su labor, otros profesionales como los dietistas o médicos no oncólogos no lo consideraban así. Dado que no existe una solución única, cada centro debería adaptar las responsabilidades a su contexto y recursos. El diseño colaborativo de las estrategias de implementación, incluyendo a los pacientes, profesionales del ejercicio y líderes institucionales, puede aumentar su viabilidad y éxito.
Conclusiones clave del estudio
- La mayoría de los profesionales de la salud oncológica cree que el ejercicio es beneficioso y que la declaración de COSA es útil.
- Sin embargo, solo una minoría utiliza esta guía en su práctica diaria.
- Las barreras más significativas se encuentran en el entorno organizativo, la falta de recursos dedicados, el desconocimiento sobre cómo derivar y la percepción de que no es su rol.
- Las estrategias de implementación deben adaptarse a cada entorno, involucrar a múltiples actores y establecer claramente las responsabilidades de cada profesional.
- La co-creación de soluciones junto a pacientes y especialistas en ejercicio puede aumentar la eficacia y sostenibilidad de las intervenciones.
Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/06/Translating-advocacy-into-action.pdf