octubre 16, 2025

Entrenamiento de fuerza y presión arterial en edad avanzada

Ghasemi Kahrizsangi N, Faridi Dastjerdi MA, Golafshan F, Ghasemi Kahrizsangi N, Shafieyoun MH, Parsaeefar MH. Resistance training and blood pressure: Insights from a meta-analysis of the aging population. Arch Gerontol Geriatr. 2025 Jun 21;137:105941. doi: 10.1016/j.archger.2025.105941.

La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular en personas mayores, afectando a más del 60 % de los adultos mayores de 60 años en todo el mundo. Esta condición contribuye significativamente a la aparición de enfermedades como el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular, la insuficiencia renal y la insuficiencia cardíaca, que son responsables de gran parte de la morbilidad y mortalidad en esta población. Ante el envejecimiento global de la población, es urgente identificar estrategias no farmacológicas efectivas para el control de la presión arterial (PA).

Ejercicio físico y presión arterial en mayores

Las guías clínicas internacionales recomiendan el ejercicio físico, tanto aeróbico como de fuerza (entrenamiento de resistencia), como primera línea de intervención para la prevención y el tratamiento de la hipertensión. El ejercicio aeróbico ha sido ampliamente estudiado, demostrando beneficios claros sobre la PA mediante mecanismos como la mejora de la función vascular, la disminución de la rigidez arterial y la reducción de la actividad simpática. Sin embargo, el papel del entrenamiento de fuerza (TF) ha recibido menos atención, especialmente en adultos mayores, y los resultados de los estudios son inconsistentes.

El TF incluye ejercicios que implican contracciones musculares contra una resistencia externa, como pesas, máquinas o bandas elásticas. Se ha demostrado que mejora la masa muscular, la sensibilidad a la insulina, la resistencia vascular periférica y el equilibrio autonómico, lo cual podría tener un efecto beneficioso sobre la PA. Además, en adultos mayores, el TF es útil para combatir la sarcopenia, mejorar la independencia funcional y mantener la sensibilidad del barorreflejo, factores clave en el control de la PA.

Aunque existen metaanálisis previos que han explorado el efecto del TF sobre la PA, la mayoría incluyen poblaciones de distintas edades o se centran en modalidades específicas como el entrenamiento isométrico. Por tanto, sus hallazgos no son del todo extrapolables a adultos mayores. Además, hay evidencia emergente de que variables individuales como el sexo, el estado de salud basal y la duración del entrenamiento pueden modificar la respuesta de la PA al TF, pero estos moderadores aún no han sido explorados de forma sistemática en esta población.

Por ello, el objetivo de esta revisión y metaanálisis fue cuantificar el efecto del entrenamiento de fuerza sobre la presión arterial sistólica, diastólica y media en personas de 60 años o más, y explorar cómo moderadores como el sexo, la duración de la intervención y la frecuencia de las sesiones influyen en los resultados.

Este metaanálisis incluyó 51 ensayos clínicos aleatorizados con un total de 2025 participantes (edad media de 68 a 69 años). El entrenamiento de fuerza redujo significativamente la presión arterial:

  • Presión sistólica: reducción media de –6.11 mmHg.
  • Presión diastólica: reducción media de –2.53 mmHg.
  • Presión arterial media: reducción media de –4.10 mmHg.

Estas reducciones son clínicamente significativas. Por ejemplo, una disminución de 5 mmHg en la presión sistólica puede reducir un 10 % el riesgo de eventos cardiovasculares mayores.

Análisis por subgrupos

  • Duración de la intervención: los programas de TF con duración igual o menor a 12 semanas generaron reducciones más pronunciadas en la PA que los programas más largos. Esto sugiere que los beneficios aparecen rápidamente, posiblemente por adaptaciones fisiológicas tempranas, mientras que las intervenciones prolongadas pueden sufrir una meseta en los efectos o menor adherencia.
  • Frecuencia semanal: la mayor frecuencia de entrenamiento (≥3 sesiones/semana) se asoció con mayores reducciones en la presión diastólica, sugiriendo un efecto dosis-respuesta.
  • Sexo: las mujeres mostraron reducciones mayores en la PA sistólica (–7.95 mmHg) y diastólica (–4.24 mmHg) que los hombres, en quienes no se alcanzó significación estadística. Esto podría deberse a factores hormonales postmenopáusicos que incrementan la respuesta vascular al ejercicio, aunque también puede estar influido por el escaso número de estudios con hombres únicamente.
  • Estado de salud: las personas mayores con hipertensión, prehipertensión u otras enfermedades (diabetes tipo 2, obesidad) experimentaron mayores reducciones que las personas sanas. En este grupo “no saludable”, las reducciones fueron:
    • Sistólica: –8.00 mmHg
    • Diastólica: –3.32 mmHg
    • Presión media: –4.80 mmHg

Mecanismos fisiológicos propuestos

Los autores sugieren varios mecanismos por los que el entrenamiento de fuerza puede reducir la PA en personas mayores:

  1. Aumento de la masa muscular y reducción de la resistencia periférica.
  2. Mejora de la sensibilidad a la insulina.
  3. Disminución del tono simpático.
  4. Mayor sensibilidad del barorreflejo.
  5. Mejor función endotelial y mayor disponibilidad de óxido nítrico.

Estas adaptaciones contribuyen a una menor resistencia vascular y, por tanto, a una reducción de la presión arterial, incluso en ausencia de pérdida de peso.

Conclusiones e implicaciones clínicas

El entrenamiento de fuerza es una estrategia eficaz para reducir la presión arterial en adultos mayores. Puede ser especialmente beneficioso en mujeres y personas con hipertensión. Protocolos breves (hasta 12 semanas), de intensidad moderada y con frecuencia ≥3 veces por semana, parecen ser los más efectivos.

Dado que también mejora fuerza muscular, funcionalidad y salud metabólica, el entrenamiento de fuerza debería integrarse sistemáticamente en las guías de manejo no farmacológico de la hipertensión en personas mayores.

No obstante, se necesita más investigación con ensayos bien diseñados, que incluyan poblaciones clínicas diversas, protocolos estandarizados y seguimiento a largo plazo.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/07/Resistance-training-and-blood-pressure.pdf

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