Qué hacer en Pals, la joya medieval de Girona entre arrozales y mar

Pals se alza sobre una suave colina en el corazón del Baix Empordà, a solo 5 kilómetros de la Costa Brava. Este pueblo medieval, recuperado con mimo, cautiva por su armonía de piedra, murallas y callejuelas empedradas. Rodeado de arrozales, dunas y marismas, y con vistas al mar y al macizo del Montgrí e islas Medes, ofrece un refugio rural con sabor histórico y belleza natural. Aquí, cada rincón invita a detenerse, observar las texturas de la piedra y sentir la brisa marina mezclada con el aroma de los campos de arroz.
Historia y patrimonio de Pals

Su nombre proviene del latín palus (“pantano”), reflejo del entorno húmedo que lo rodeaba antiguamente. El castillo de Mont-Aspre aparece documentado ya en el año 889, bajo la denominación Castellarum Montis Áspero. En el siglo XIV-XV, durante las revueltas de los remensas y conflictos feudales, el castillo sufrió daños severos; muchas de sus piedras fueron reutilizadas para reconstruir la iglesia de Sant Pere y las murallas.
Hoy apenas queda del castillo original la torre de las Horas, erigida entre los siglos XI y XIII, de planta circular y con 15 metros de altura, conocida también por el campanario que integraron en el siglo XV.
El núcleo medieval, llamado El Pedró, conserva trazas muy bien restauradas de su trama medieval: calles adoquinadas, arcos de medio punto, ventanas góticas y enrejados de forja. Las murallas datan entre los siglos XII y XIV. Actualmente se conservan cuatro torres rectangulares (abiertas al interior), que ofrecen una visión continua del perímetro defensivo.

En la plaza Mayor se halla el antiguo arco gótico de salida del recinto amurallado y la Casa del Ayuntamiento (siglos XVI–XVII). También hay sepulturas visigóticas talladas en piedra maciza dispersas en la calle Mayor y junto a Ca la Pruna. La iglesia de Sant Pere combina estilos desde el románico hasta reformas barrocas del siglo XVIII. Como decíamos, parte de su piedra procede del antiguo castillo. Algunas casas señoriales y masías dispersas por el término municipal conservan antiguos ventanales, portaladas y arcos escondidos, que hablan de la arquitectura rural empordanesa.
Naturaleza y entorno

Arrozales y marismas. Los arrozales de Pals, que se extienden hacia las zonas llanas, son parte esencial del paisaje y la identidad local. El arroz de Pals tiene denominación de garantía de la Marca de Garantía del Empordà. Las Basses d’en Coll son marismas protegidas, con dunas y vegetación de ribera que albergan aves acuáticas, anfibios y flora autóctona. Este espacio forma parte del Parque Natural del Montgrí, las Islas Medas y el Baix Ter.

Playas y litoral. La platja Gran de Pals se extiende más de 3,5 km, con un frente de arena fina y zonas dunares. La playa consta de dos sectores: uno urbanizado con servicios, y otro más salvaje, con dunas y naturaleza intacta que conecta visualmente con los arrozales.

Vistas panorámicas. Desde el mirador Josep Pla, se contemplan la llanura del Empordà, el macizo del Montgrí y las islas Medas en días claros. El paseo arqueológico por el exterior de la muralla permite observar el valle y las formas del terreno con una perspectiva diferente.
Qué ver y hacer en Pals

- Recorrer Ca la Pruna. Situada justo a la entrada del casco antiguo, esta casa señorial del siglo XVI combina arquitectura gótica y renacentista. En su planta baja está la oficina de turismo y en la superior un auditorio o espacios culturales.
- Plaza Mayor y calles del núcleo medieval. Después de Ca la Pruna, subir por carrer de la Creu hasta la plaza Mayor, observar sus edificios de piedra y bajar por la calle Mayor, atravesando el portal de la Vila. En la calle Mayor encontrarás sepulturas visigóticas excavadas en roca natural, entre otros detalles históricos.
- Visitar la torre de las Horas. Esta torre circular es el vestigio más visible del antiguo castillo de Pals. Subir por las escaleras de la calle de la Torre para admirarla desde cerca.
- Iglesia de Sant Pere. A pocos metros de la torre, la iglesia merece una parada para contemplar su mezcla de estilos arquitectónicos y el uso de piedra antigua del castillo.
- Mirador Josep Pla y paseo arqueológico. El mirador y el trayecto exterior de las murallas permiten vistas sobre los arrozales, el mar y las islas.
- Platja Gran de Pals. Tras la visita al pueblo, descender hacia la costa y relajarse en la playa, o caminar por la franja de dunas y conectar con rutas costeras.
- Actividades al aire libre. Rutas en bici por los campos llanos, senderismo suave entre marismas, observación de aves en las Basses d’en Coll, o disfrutar del mar y deportes acuáticos.
Eventos locales y experiencias culturales en Pals

- Plantada del arroz: tradición local de sembrar el arroz.
- Feria y campaña gastronómica del arroz de Pals: celebración con degustaciones, conferencias y platos basados en el arroz local.
- Fiestas mayores: Pals celebra su fiesta mayor en agosto.
- Pesebre viviente durante la Navidad, visitas guiadas temáticas (leyendas, rutas del arroz, patrimonio).
Gastronomía y cultura local de Pals

- Arroz de Pals. Es el producto estrella local. Su cultivo está profundamente ligado a la identidad de Pals. Tiene sello de garantía del Empordà. El arroz a la cazuela, con marisco del litoral o ingredientes de la huerta, es una de las preparaciones tradicionales más típicas.
- Otros productos locales.
- De la huerta: verduras frescas y legumbres.
- Del mar cercano: pescado de la Costa Brava se combina en la cocina del pueblo.
- En temporada de otoño, la recogida de arroz, festivales gastronómicos locales y ferias de productos artesanos animan el ambiente rural.
- Tradiciones, fiestas y cultura viva. Las festividades tradicionales incluyen música local (sardanas, habaneras), ferias de vinos y cavas, cantadas populares y celebraciones religiosas en los barrios rurales. La recuperación de las costumbres del campo -como la plantada del arroz o jornadas de siega- se han convertido en actividades culturales para los visitantes.
Información práctica para tu escapada a Pals

- Cómo llegar a Pals. Pals se sitúa a unos 48 km de Girona capital. Se accede por la carretera GI-652 desde la red local del Ampurdán. Desde la costa y otras localidades cercanas, por carreteras secundarias hacia la entrada del núcleo medieval.
- Mejor época para visitar. Primavera y verano son ideales por el buen clima y el acceso cómodo a playas y rutas. Otoño es excelente para contemplar los colores del campo y participar en la siega del arroz. En invierno algunos servicios pueden estar limitados.
- Duración ideal de la escapada: 1 a 2 noches permiten recorrer el casco antiguo, disfrutar de la playa y una inmersión cultural. Tres noches ofrecen mayor calma y la posibilidad de explorar aldeas cercanas o rutas naturales del Empordà.
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