Paisajes donde apreciar las tonalidades del otoño

El otoño tiene magia. La estación del año que te abraza en su manta es capaz de transformar el paisaje con sus mil tonalidades de color. Marrones, naranjas, rojos y amarillos tiñen nuestros bosques y montañas para convertirlos en un mundo de fantasía cromática, en el que sumergirnos a respirar el aire fresco de la naturaleza mientras vemos mecerse las hojas de los árboles.
Sin duda, es la época del año perfecta para pasear con calma y pararse a admirar vistas de postal en todos los tonos de la paleta de color. Por ejemplo, en estos cuatro enclaves naturales españoles donde podremos apreciar en todo su esplendor los colores otoñales. Así que coge tus botas, algo de abrigo y no olvides tu cámara de fotos, porque querrás rememorar las sensaciones que nos ofrecen los tonos del otoño.
Amarillo: el valle del Ambroz (Extremadura)

Dicen que el amarillo es el color de la belleza y la creatividad. Nosotros nos sumamos a esta teoría, porque no se puede ser más bello y creativo que los bosques del valle del Ambroz en otoño. En esta preciosa zona del norte de Cáceres podemos encontrar diferentes tonalidades otoñales. Pero nos quedamos con la gama de amarillos pajizos y dorados que nos ofrece, por ejemplo, la caída de las hojas de los cerezos y otras especies de árboles como los castaños, los robles y los alcornoques.
Una buena manera de apreciar la gama de amarillos que ofrece el valle es a través de alguna de las numerosas rutas de senderismo que parten de sus distintos pueblos (que, por cierto, tienen mucho encanto). En el perfil oficial en Wikiloc de la mancomunidad del valle de Ambroz encontraremos información detallada e itinerarios para todos los gustos y niveles. Nosotros recomendamos la Ruta de los Bosques del Ambroz, así como la Ruta de los Castaños del Temblar, aunque cualquier opción te permitirá disfrutar de los amarillos del otoño cacereño.

Si decides visitar el valle en octubre y noviembre, además, podrás disfrutar del Otoño Mágico del Valle del Ambroz. Este evento estacional, declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional, combina actividades culturales y naturales de todo tipo en los distintos pueblos de la comarca. Pone en valor la creatividad y la belleza de sus bosques otoñales.
Marrón: el Parque Natural del Montseny (Barcelona)

Del amarillo pasamos al marrón, y de Extremadura, a Cataluña. Si nuestras preferencias van más por los tonos ocres, pardos, terrosos y tostados, una gran opción es el Parque Natural del Montseny, en la provincia de Barcelona. Este fue el primer espacio protegido natural catalán en ser declarado Reserva de la Biosfera de la UNESCO, lo que da idea de su biodiversidad y riqueza paisajística.
Como decimos, en el macizo del Montseny se ubican los paisajes más encantadores de Barcelona. Es una delicia recorrerlo cuando se acaba el verano y está considerado como uno de los bosques más recomendables de España para recibir el otoño. También es uno de los mejores lugares de nuestro país para recoger un fruto tan otoñal como la castaña.

Una vez más, la mejor forma de descubrir los secretos otoñales del Montseny es el senderismo. Cuenta con rutas y senderos de dificultad variada, desde picos de montaña hasta paseos tranquilos por el bosque. Entre estos últimos, podemos aconsejaros alguna de las diez rutas por el Montseny que destacamos en el siguiente artículo del magazine de Escapadarural. ¡A caminar!
Naranja: las cárcavas del Pontón de la Oliva (Madrid)

Para encontrar los colores anaranjados del otoño, nos hemos desplazado hasta la Comunidad de Madrid. En la Sierra Norte madrileña, muy próximo a la sierra de Ayllón, encontramos uno de los paisajes más peculiares de la geografía española. Hablamos de las cárcavas del Pontón de la Oliva, en Patones: un lienzo naranja de profundos y afilados cortes que muchos comparan con el valle de la Muerte estadounidense.
Este impresionante paisaje ha sido modelado por la erosión del agua sobre el terreno arcilloso a lo largo de los siglos, de manera muy similar al creado por los romanos en las minas de oro de Las Médulas de León. Aquí podemos admirar los tonos anaranjados de la tierra gracias a la ruta de senderismo que parte desde el Pontón de la Oliva, la presa más antigua de Madrid.

Hay una variante sencilla, que se recorre en apenas 30 minutos y lleva directamente a las cárcavas. Los más aventureros preferirán un itinerario de unos 11 kilómetros de longitud que discurre en parte junto al río Lozoya. Esta alternativa ofrece diferentes puntos de vista de las formaciones arcillosas a lo largo de su recorrido. Finaliza en el punto más alto de las cárcavas, donde tendremos unas vistas espectaculares de este singular paraje natural.
Rojo: la Ruta del Mimbre en la Serranía de Cuenca

Ponemos la guinda a nuestro particular recorrido por las tonalidades otoñales con el color rojo. Nuestra propuesta nos lleva hasta la Serranía de Cuenca, donde las tonalidades rojizas, granates y escarlatas las aporta un cultivo de floración otoñal. Nos referimos a la Ruta del Mimbre, que en su época de esplendor, a partir de noviembre, tiñe de rojo sangre los campos de los pueblos del entorno.
Aquí se genera el 80% de la producción nacional de este cultivo, dedicado mayoritariamente a la artesanía tradicional. Si tienes una silla, cesta o baúl de mimbre en casa, seguramente procede de la Serranía de Cuenca. La Ruta del Mimbre, a lo largo de más de 50 kilómetros de recorrido, pasa por siete pueblos: Albalate de las Nogueras, Villaconejos de Trabaque, Priego, Cañamares, Fuertescusa, Vadillos y Beteta.

Si queremos disfrutar del senderismo en este maravilloso entorno, una buena opción es la ruta del mimbre de Cañamares, de unos 8 kilómetros de recorrido y sin apenas dificultad. Nos acompañarán a lo largo del recorrido los tonos rojizos más intensos del otoño.
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