Antes de la audición, ni siquiera había oído hablar de la saga
Cuando se trata de actores jóvenes que dejaron una marca imborrable en la televisión, Jack Gleeson es uno de los primeros nombres que vienen a la mente. Su interpretación de un personaje absolutamente odiado, al punto de ser considerado uno de los villanos más despreciables de la pantalla, fue tan efectiva que todavía hoy muchos fans recuerdan con intensidad cada una de sus escenas. Pero lo curioso de su historia es que, a diferencia de muchos actores que se obsesionan con sus papeles o el universo en el que trabajan, Gleeson nunca se tomó todo eso demasiado en serio.
En la serie ‘Juego de Tronos’ (‘Game of Thrones’), Jack Gleeson interpretó a Joffrey Baratheon, un joven rey cruel, caprichoso y absolutamente odioso. Su actuación fue tan buena que muchas personas asumieron que tenía una conexión profunda con la saga de George R.R. Martin. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: Gleeson confesó que antes de hacer la audición ni siquiera sabía qué era la saga ni había oído hablar de ella.
En una entrevista con Vulture, contó que el papel llegó a él casi por casualidad, como parte de los castings en los que participaba por rutina. Le pareció una oportunidad más, sin saber que ese personaje marcaría su carrera para siempre. A pesar del éxito arrollador del personaje, Gleeson nunca buscó el estrellato.
Después de que Joffrey muriera en la cuarta temporada, el actor prácticamente desapareció del ojo público. Muchos fans se preguntaban por qué alguien con tanto talento había decidido alejarse de Hollywood. La respuesta es tan sencilla como refrescante: no le interesaba.
En una entrevista con Looper, explicó que nunca tuvo la intención de convertirse en una estrella. Le gustaba actuar, sí, pero también disfrutaba otras cosas, como el teatro experimental, los títeres y llevar una vida tranquila lejos de los focos.
Durante el rodaje, Gleeson mantenía una actitud relajada y hasta un poco excéntrica. Nunca dejó que la fama lo deslumbrara ni que el personaje se le subiera a la cabeza. Para él, Joffrey era solo eso: un papel. Hizo su trabajo, lo hizo muy bien, y luego siguió adelante.
Hoy, Jack Gleeson continúa viviendo a su manera. Aparece esporádicamente en proyectos teatrales o en producciones que realmente le interesan, pero no parece tener ninguna intención de volver al frenético ritmo de la industria del entretenimiento. Y eso lo hace aún más fascinante: un actor que pudo haberlo tenido todo en Hollywood, pero que prefirió mantenerse fiel a sí mismo.
Foto de IMDB
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