Blake Snell histórico en la Postemporada 2025

Los Dodgers de Los Ángeles siguen con el objetivo en la mira, revalidar el título de Campeones de la Serie Mundial y para ello saben que necesitan el mejor equipo posible.
Una de las piezas claves para los dirigidos por Dave Roberts ha sido el veterano lanzador Blake Snell quien en esta postemporada ha encontrado su mejor versión.
Este lunes en el primer encuentro de la Serie de Campeonato ante los Cerveceros de Milwaukee, el zurdo subió a la lomita y maniató los bates del conjunto, llevandose la victoria 2-1.
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Snell se presentó en un trabajo impecable en el que lanzó ocho entradas limpias, permitiendo únicamente un imparable, sin regalar boletos y recetando diez ponches.
Su actuación dio a los Dodgers una ventaja clave frente a Milwaukee, el equipo que había sido uno de los más consistentes durante la temporada regular de las Grandes Ligas.
Pero lo del veterano serpentinero no queda solo en el buen trabajo, en esta apertura dejó datos históricos, al convertirse en el primer lanzador en una postemporada en registrar una salida de al menos ocho entradas con un solo hit, sin carreras y con diez o más ponches. Una hazaña que lo coloca en un grupo de élite.
En una lista de élite
Según datos de MLB.Com a lo largo de más de un siglo de playoffs, únicamente 13 lanzadores han conseguido trabajar ocho o más entradas permitiendo un solo imparable y ninguna carrera.
Entre ellos, Snell pasó a formar parte del selecto grupo de diez hombres que lograron además mantener el marcador en cero. Su dominio fue tan absoluto que enfrentó al mínimo número de bateadores posibles. El único que logró conectarle fue el novato Caleb Durbin.
Esta eficiencia coloca a Snell una lista que podría llamarse legendaria en la que solo hay cuatro serpentineros en más de cien años que han lanzado al menos ocho entradas enfrentando al mínimo.
Los primeros en hacerlos fueron los lanzadores Chief Bender (1910), Bill James (1914), Don Larsen (1956) y ahora Blake Snell (2025).
En una noche en la que todo salió perfecto, Snell no solo dio una lección de control y poder, sino que escribió su nombre en los libros de récords del béisbol.