octubre 25, 2025

Bolivia y Paraguay desnudaron al Bocha

Si el técnico argentino Fernando “Bocha” Batista no clasifica a la Vinotinto para el Mundial de 2026, será la más grande decepción en la historia del fútbol nacional, porque nunca antes estuvieron dadas tantas condiciones favorables para alcanzar el anhelado sueño de ver a la selección en la máxima Copa de la FIFA.

El cuerpo técnico de la escuadra nacional ha gozado del respaldo absoluto de la Federación Venezolana de Fútbol para cumplir con cada uno de los planes presentados para la preparación y desarrollo de los diversos equipos aguas abajo, gracias a los cuantiosos aportes económicos realizados por las instituciones públicas y las empresas privadas que se han sumado al proyecto mundialista; ha tenido la fe incondicional de los aficionados que han seguido a la Vinotinto en cada uno de sus partidos, con llenazos impensables como ocurrió en los estadios de la Copa América de Estados Unidos; y ha contado con la generación de mayor jerarquía internacional de que se tenga memoria en el fútbol venezolano.

Con Batista se pensaba que se produciría un salto de calidad en el funcionamiento del equipo, una evolución en la manera de jugar, pero después de 10 fechas de eliminatorias mundialistas la Vinotinto exhibe las mismas deficiencias para sostener la pelota y elaborar juego asociado que se ha repetido desde que Richard Páez dejó el cargo de seleccionador. La defensa ha funcionado, como en tiempos de César Farías o Rafael Dudamel, esto es: cuando el equipo resguarda su campo con un bloque bajo y líneas muy juntas; y cuando le toca controlar el partido a partir de la posesión del balón, le cuesta hilvanar una serie de pases precisos, la pierde con rapidez y para tocar la puerta rival ha dependido de un rapto de genialidad de Yeferson Soteldo.

Es cierto que la eliminatoria está muy comprimida y Venezuela solo está a dos puntos de la clasificación y a uno del repechaje, pero no se puede seguir cometiendo los errores de las cuatro fechas pasadas que derivaron en el descenso al octavo puesto de la tabla.

El cuerpo técnico fue el mayor responsable de la derrota sufrida en Bolivia al creer ingenuamente que Venezuela podría correr y lanzar balones a una pareja de dos delanteros, cuando lo que se requería era salir vivo de El Alto con un punto en las alforjas que hubiera dejado al borde del KO a Bolivia, y que en lugar de ello tomó aire para adueñarse del puesto de repesca. Ante Paraguay también el “Bocha” no logró anticipar la lluvia de centros que Paraguay lanzaría en el segundo tiempo y cuando intentó reaccionar, ya el daño era irreversible.

A pesar de los reveses, la ilusión mundialista del país sigue intacta, porque hay un formidable grupo de jugadores que la sostienen, con Aramburu, Salomón y Yeferson a la vanguardia. Pero hay que sacudir a tiempo al equipo y jugársela solo con los que están dispuestos a dejar el alma en cada lance.

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