octubre 16, 2025

Hace 8 años se rodó una de las mejores escenas de batalla jamás realizadas. Su intensidad y banda sonora cautivaron a millones de espectadores

A veces recordamos ciertas películas por una secuencia concreta. Es precisamente lo que ocurre con ‘The Battleship Island‘, que después de más de dos horas de tensión, sufrimiento y resistencia, encuentra el punto de no retorno cuando suena una icónica melodía. Se trata de la inolvidable banda sonora de ‘El bueno, el feo y el malo‘, compuesta por Ennio Morricone. La música comienza de forma suave y pronto se eleva en un estallido que acompaña a los prisioneros coreanos en su desesperado intento de huida. 

Es el preludio de la batalla brutal que transcurre en la isla de Hashima, convertida por los japoneses en una fortaleza flotante durante la Segunda Guerra Mundial, donde miles de trabajadores forzados fueron explotados en condiciones inhumanas. Lo que sucede a continuación es una rebelión sangrienta, rodada con una intensidad desbordante.

Violencia y resistencia

En esta película, el director coreano Ryoo Seung-wan orquesta la secuencia con una precisión milimétrica. La cámara se desliza entre el humo, las llamas y los cuerpos en movimiento, evitando el caos gratuito y mostrando la violencia con una claridad que estremece. Cada golpe, cada caída, cada plano respira una energía contenida que se eleva con la música de Morricone. Y lo que podría ser un simple clímax bélico se convierte en una experiencia sensorial centrada en el sacrificio y la redención.

Más allá de la espectacularidad, la escena tiene el peso emocional de todo lo que la precede. A lo largo de la película, los personajes han sobrevivido a la humillación y al miedo, convertidos en sombras de sí mismos y cuando se lanzan al combate acabamos viendo que su lucha no es solo física, sino que también les enfrenta a un sistema que les ha arrebatado todo.

Además, el contexto histórico añade una capa aun más profunda al filme. Hashima fue una isla real, conocida como «la isla del infierno», donde miles de coreanos fueron obligados a trabajar en minas de carbón bajo el dominio japonés. Y convirtió ese oscuro episodio en algo épico. Aunque la fuga que muestra la película nunca ocurrió, la escena transmite la catarsis de una nación que no olvida.

'The Battleship Island'
'The Battleship Island'

En la escena, el nivel de detalle es increíble y se debe a que el equipo de producción construyó una réplica de 66.000 metros cuadrados del complejo industrial, con minas, viviendas y la temida «escalera al infierno». La escala del rodaje -que abarcó hasta seis meses de grabación y casi un año de preparación- nos da una idea del compromiso del director con la verosimilitud y el rigor. Es una de las producciones coreanas más ambiciosas que ha habido y esto se percibe en cada explosión y en cada mirada desesperada.

El resultado es una obra que combina la emoción del gran cine bélico con la conciencia histórica del drama social. ‘The Battleship Island’ no solo recrea una batalla, sino que rinde homenaje a los que la inspiraron.

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