Lo difícil del beisbol moderno

Por lo general los procesos gerenciales toman su tiempo y, al final, lo que se espera es que los éxitos se retribuyan con mayores oportunidades. No obstante, en la actualidad pareciera que el tiempo para dar resultados es cada vez más corto, al menos en las ligas profesionales, y darlos -cumplir las metas trazadas- tampoco te garantiza permanencia en los equipos. Ejemplos sobran en la LVBP, pero los más recientes pueden ser las salidas de Henry Blanco y José Moreno de Cardenales y Bravos, respectivamente.
Ambas noticias sacudieron al beisbol venezolano y dejaron a la afición con más preguntas que respuestas. En el caso de Blanco porque no es usual que un manager campeón no repita la temporada siguiente y con “Cheo” Moreno porque bajo su tutela los insulares cambiaron del cielo a la tierra y se convirtieron paulatinamente en un verdadero contendiente al título. Además, eran justamente los dos managers que habían disputado la más reciente final.
Ahora, más sorpresivo aún fue el anuncio de que Blanco volverá a ser el timonel de Bravos, equipo con el que empezó su carrera como dirigente y con el cual incluso fue nombrado manager del año en la campaña 2015-2016. En principio porque muchos apostaban a que finalmente tomara las riendas de Leones del Caracas, que ahora mismo tiene en veremos a su dirigente José Alguacil. Pero sobre todo porque el vínculo entre “Cheo” Moreno y los insulares parecía inquebrantable.
Desde que tomó las riendas del equipo, dos años atrás, cambió la mentalidad de los jugadores, los convenció de que podían ganar, aún sin tener un estadio que los favoreciera con la localía, aún sin tener una afición que los respaldara y sin necesidad de tener grandes nombres en la nómina. Siempre se habló con honestidad de un proyecto a largo plazo en el que pudiesen desarrollar una identidad y un estilo de juego, algo que en efecto se consiguió en las últimas dos contiendas y era verdaderamente envidiable.
Por eso se siente como un sacudón el cambio de mando, aún más cuando se regresa a un dirigente con el que ya tuviste aciertos y desaciertos, con el que compartiste no una, sino seis campañas. Sí, Henry ha cambiado, está más curtido, ha evolucionado, pero también estará al frente de un equipo muy distinto a los que ha dirigido en las últimas tres contiendas, llevándolos hasta la final.
Cómo quiera que sea hay que esperar para poder juzgar, sobre todo en esta tribuna. Y claro, nos queda pendiente ver que sucede con “Cheo” Moreno, sería hasta poético verlo en Cardenales, entendiendo que ese es un equipo totalmente distinto, plagado de estrellas, al que además ya dirigió y con el que fue campeón en la 2018-2019. Mientras esperamos hago mea culpa, cada dia entiendo menos el negocio.