octubre 28, 2025

Máximo Acosta se roba el show

Un sueño compartido con su padre, un guairista empedernido, hizo que Máximo Acosta cambiara su decisión de no ver acción en el invierno luego de finalizar su temporada en Estados Unidos, donde disputó 115 juegos en Triple A y además hizo el grado como bigleaguer el 18 de agosto con los Marlins de Miami. Y es que, justamente a finales de agosto, el polivalente infielder pasó de las Águilas del Zulia a los Tiburones de La Guaira, el equipo con el que se enamoró del beisbol. Entonces no hubo espacio para la duda, estaba listo para venir a casa.

Tiburones empezaba la temporada con una serie de dos compromisos justamente ante los rapaces y ahí se estrenó Máximo. El 16 de octubre disputó su primer juego y al día siguiente no solo consiguió sus primeros hits, sino que dio su primer jonrón, uno con bases llenas ante los envíos de Nomar Rojas. Aquello lo puso rápidamente en el radar de la afición y revivió lo que fue su llegada al Big Show, donde sus primeros dos hits fueron justamente dos bambinazos.

Los que todavía no habían escuchado de él comenzaron a seguirle la pista y supieron que se trataba del venezolano número 16 cuyo primer hit en Grandes Ligas era un jonrón, el primero desde que lo hizo Francisco Álvarez en 2022.
Rápidamente conectaron con él y con el amor que profesa por los escualos. “Era un sueño para mí vestir el uniforme de los Tiburones. Mi papá me inculcó el amor por este equipo desde pequeño, yo empecé a ver beisbol por la LVBP y La Guaira… Estar aquí es más que un trabajo, estoy aquí por amor”, confesó aquel día en el que consiguió su primer batazo de vuelta completa en el Universitario.

Y vaya que está disfrutando el hacer realidad su sueño. En sus primeros nueve compromisos con La Guaira ha conectado 15 imparables, incluidos dos estacazos y tres dobles, ha empujado nueve carreras y ha anotado otras siete. Su promedio es de .395, el quinto mejor de todo el torneo, únicamente superado por los experimentados Wilfredo Tovar (.485), Ali Castillo (.462), José “Cafecito” Martínez (.429) y José Peraza (.400).

Decir que ha cumplido con las expectativas es quedarse corto. Ha jugado diferentes posiciones tal y como le ha pedido su organización y está trabajando con “El Samurai” Alex Cabrera para mejorar la lectura de los pitcheos y evitar hacerle swing a los lanzamientos que no están en su zona de poder.

Si, la temporada está empezando, pero es evidente que le ha hecho bien y se lo está viviendo al máximo, por él y por su padre que falleció un par de meses antes de que el infielder consiguiera el ansiado debut en Grandes Ligas.

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