octubre 24, 2025

Para todo lo innecesaria que apuntaba a ser, ‘Ponte en mi lugar de nuevo’ consigue ser una sorprendente diversión sin complejos

Es imposible escapar la ola de las secuelas tardías de éxitos del pasado, o secuelas legado intentando hacer una excesiva exaltación ceremoniosa, y el streaming ha dado barra libre a compañías como Disney para hacer explotaciones a punta pala. Las cosas como son, resulta más fácil hacer una de estas que apostar por hacer algo original incluso con vocación entretenida, como pueda ser una comedia.

Tiempo atrás Disney tenía entre sus pilares un tipo de comedia familiar en acción real que, incluso con desiguales resultados, dejó algunos clásicos generacionales para aquellos que quemaron cintas de VHS o ponían el DVD una y otra vez. Entre ellos está lo que es la versión preferida de ‘Ponte en mi lugar’, una película que sabía moverse entre lo mamarracho y lo encantador a través de sus estrellas, haciendo fácil relativizar torpezas o atajos narrativos que iba tomando. Inevitablemente iba a tener una continuación en los tiempos que corren, dado además el pequeño resurgir vivido por Lindsay Lohan y Jamie Lee Curtis en su carrera.

Este cuerpo me sienta de muerte (otra vez)

Cabría esperar otro enfoque similar a las múltiples secuelas, reboots y demás que Disney ha ido produciendo con los años, la mayoría directas a streaming con un aspecto digital mayormente abominable e ideas bastante peregrinas que desvirtúan lo que hicieron que los originales fuesen queridos. Sorprendentemente, ‘Ponte en mi lugar de nuevo’ no sólo entiende lo suficiente lo que hizo especial a la anterior película, sino que es un agradable retorno a ese tipo de película familiar que se producía en aquella época.

En esta ocasión el cambio de cuerpo que se produce no es solo entre la madre y la hija que interpretan Curtis y Lohan, sino que se suman a la ecuación la hija y la hijastra de esta última, con sus propios enfrentamientos que resolver. Como en la película original, hay una boda en ciernes y un trastoque de realidades que no podría venir en peor momento.

Repetir las claves argumentales de la primera película es muy jugar sobre seguro para evitar alienar a fans que esperan sus guiños nostálgicos de rigor. Pero a favor de ‘Ponte en mi lugar de nuevo’ está en cómo aprovecha la inclusión de dos protagonistas más para tocar, siempre de manera sencilla y blandita, dinámicas familiares distintas a la original permitiendo tener un mínimo de frescura en su enfoque.

‘Ponte en mi lugar de nuevo’: pura comedia física

Ponte En Mi Lugar De Nuevo 2025 Jamie Lee Curtis Lindsay Lohan
Ponte En Mi Lugar De Nuevo 2025 Jamie Lee Curtis Lindsay Lohan

Pero el factor que realmente ha hecho digno el esfuerzo de la directora Nisha Ganatra y la guionista Jordan Weiss es abrazar por completo el lado más mamarracho de este tipo de comedia fantástica, incluso haciéndolo, de nuevo, desde patrones familiares accesibles. Los chistes de cambio de cuerpos tienen un factor tan tontorrón como efectivo que ‘Ponte en mi lugar de nuevo’ explota bastante a través del humor físico de sus actrices, especialmente una Curtis siempre divertida y hasta atinada tras años donde sus interpretaciones eran demasiado erráticas, histriónicas y gritonas.

Es tan ciclón en ese aspecto, metiendo ocasionalmente a secundarias que aprovechan sus 5-10 minutos de aparición para improvisar gracias a saco (mención especial a Vanessa Bayer, una de las personas más graciosas del planeta desde hace años), que es fácil perdonar otra vez los momentos donde la trama está pasando el disparate al terreno de la alucinación psicodélica. No todos los chistes aterrizan, pero sí lo hacen en un ratio bastante alto para que tampoco te des cuenta de que esta película dura más que la original y roza casi las dos horas.

Le sumas a esto que no luce el toque digital barato de muchas comedias contemporáneas, o que las improvisaciones no dejen todo atisbo de coherencia hecho un trampantojo, y tienes una película disfrutable. Sin complejos y tremendamente orgullosa de ser una comedia propia de esos primeros años del siglo XXI, hasta el punto de rescatar las tomas falsas durante los créditos para terminar de dejar buen sabor de boca al final. Sin dejar de ser completamente innecesaria, consiguen una secuela simpática no muy alejada de su predecesora, lo cuál es casi un unicornio en estos momentos.

Ah, y es hora de hacer a Julia Butters una estrella. El futuro es suyo.

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