octubre 26, 2025

Rejuvenecimiento deportivo en nadadoras master

Artículos de Fisiología del Ejercicio

Demarie S, Guidotti F, Billat VL. Ageing in reverse? The accelerated performance gains of older female swimmers in age-group records. J Sports Sci. 2025 Oct 8:1-9. doi: 10.1080/02640414.2025.2571842.

El estudio de la evolución del rendimiento deportivo a lo largo de la vida ha sido un tema central en fisiología, ciencias del deporte y gerontología. Tradicionalmente, se ha asumido que el rendimiento físico sigue una trayectoria predecible: alcanza su máximo en la adultez temprana y posteriormente desciende de forma progresiva con la edad. La evidencia disponible indica que los deportes de potencia o velocidad alcanzan su pico entre los 23 y 28 años, mientras que las disciplinas de resistencia lo hacen algo más tarde, entre los 30 y 39 años. A partir de los 35-40 años, el declive se vuelve más pronunciado, con una pérdida media de entre 0,5% y 1% anual. Sin embargo, esta disminución no afecta por igual a hombres y mujeres: los varones presentan una caída más rápida del rendimiento que las mujeres en casi todas las disciplinas de máster y élite.

Históricamente, se ha debatido si las mujeres podrían llegar a superar a los hombres en el rendimiento deportivo absoluto. Joyner (1991) argumentó que diferencias fisiológicas básicas —como la menor concentración de hemoglobina, el menor VO₂ máx. y la menor masa muscular— impedirían que las mujeres superaran los récords masculinos en la mayoría de deportes. No obstante, esos análisis se centraban en atletas en edad de máximo rendimiento y no consideraban los cambios que se producen en las categorías máster, especialmente entre las mujeres mayores y en pruebas de resistencia.

Los datos recientes del movimiento máster desafían las concepciones tradicionales sobre el envejecimiento y el rendimiento, en particular en la natación femenina. Estudios longitudinales han mostrado que, aunque el rendimiento decrece a razón de un 0,6% por año hasta los 70-75 años, la constancia en el entrenamiento y las mejoras técnicas pueden mitigar e incluso revertir parcialmente esta tendencia. Algunos nadadores de edad avanzada han llegado a batir récords mundiales dentro de sus categorías, lo que sugiere que el entrenamiento estructurado y la experiencia acumulada permiten mantener un nivel competitivo notable incluso a edades avanzadas.

Sorprendentemente, este fenómeno es especialmente evidente entre las mujeres mayores de 60 años, quienes no solo mantienen un rendimiento competitivo, sino que establecen nuevos récords en sus grupos de edad. En pruebas de larga duración, se observa una reducción sostenida de la brecha de género, hasta el punto de que en grupos de edad superiores a 80 años, las mujeres alcanzan rendimientos equiparables a los hombres en pruebas de estilo libre. Este patrón se ha observado en competiciones internacionales de la FINA y se ha acompañado de un aumento progresivo en la participación de mujeres mayores.

Partiendo de estas observaciones, los autores plantean la hipótesis de que, aunque las mujeres no superarán los récords masculinos en competiciones absolutas, sí están mejorando sus propios récords de edad a un ritmo más rápido que los hombres. En otras palabras, las nadadoras mayores de 60 años representan un grupo demográfico que redefine los límites del rendimiento dentro de los deportes máster. Para comprobarlo, se analizaron los campeonatos mundiales máster de la FINA de 2023 y 2024, con el objetivo de determinar si las mujeres mayores muestran una progresión relativa más pronunciada que los hombres en las diferentes distancias y estilos.

El estudio utilizó los resultados oficiales de los Campeonatos Mundiales Máster de la FINA 2023 y 2024 (piscina larga de 50 m), disponibles públicamente en la web de World Aquatics. Se analizaron los registros de 15.827 nadadores (8.743 hombres y 7.084 mujeres) entre 25 y 99 años, en pruebas de 50 a 800 metros y en los cuatro estilos (libre, espalda, braza y mariposa). El rendimiento se normalizó como porcentaje respecto al récord mundial de cada grupo de edad (%WR). Los autores emplearon modelos de regresión lineal y análisis multivariante (PCA y ANOVA), con un nivel de significación p < 0.05.

El modelo de regresión reveló que, en promedio, cada incremento de grupo quinquenal de edad se asocia con una variación de +0.16% en el %WR, reflejando un leve descenso del rendimiento. Sin embargo, el efecto de la edad difiere según el sexo: las mujeres muestran una tendencia más pronunciada a acercarse a sus récords con el paso de los años (interacción Edad × Sexo significativa, p < 0.001). Aunque las nadadoras más jóvenes aún presentan un pequeño desfase respecto a los hombres, las diferencias se reducen progresivamente en los grupos de edad avanzados.

El análisis por distancia reveló que las mejoras relativas son más marcadas en eventos cortos (50–100 m), donde el envejecimiento produce una menor penalización en mujeres que en hombres. Asimismo, el tipo de estilo modula el efecto de la edad: las mayores ganancias relativas de las mujeres se observan en libre y espalda, mientras que los estilos más técnicos y energéticamente costosos (braza y mariposa) muestran menores progresos.

En los grupos de edad superiores (60–94 años), la brecha entre hombres y mujeres prácticamente desaparece, e incluso se invierte en algunos casos (especialmente en los grupos 85–89 y 90–94 años, en libre y espalda). En resumen, el envejecimiento parece afectar menos al rendimiento relativo de las mujeres que al de los hombres, un fenómeno que los autores describen como un posible “rejuvenecimiento competitivo”.

Los resultados de este estudio ponen de manifiesto una tendencia sorprendente: las mujeres mayores de 60 años no solo ralentizan el declive fisiológico asociado al envejecimiento, sino que mejoran sus rendimientos relativos de forma más rápida que los hombres. Estos hallazgos cuestionan la visión tradicional del envejecimiento como una pérdida inevitable de capacidad física y demuestran que la práctica continuada, la experiencia y las adaptaciones fisiológicas específicas pueden compensar parte del deterioro estructural y funcional.

Desde el punto de vista fisiológico, esta ventaja femenina puede explicarse por diversos factores. Las mujeres presentan una mayor capacidad de oxidación de grasas, mejor regulación térmica y estrategias de ritmo más eficientes, aspectos que cobran más relevancia con la edad y la experiencia acumulada. Además, su menor masa muscular absoluta puede ser parcialmente compensada por una mayor economía de movimiento y eficiencia técnica, especialmente en los estilos libre y espalda, donde la resistencia al agua y la coordinación influyen más que la fuerza máxima.

El análisis por estilos muestra que la braza y la mariposa, al ser técnicas más dependientes de la coordinación y la potencia anaeróbica, sufren un declive más acusado con la edad. Por el contrario, los estilos libre y espalda —más estables y aeróbicos— favorecen el mantenimiento del rendimiento con entrenamiento específico. Esta diferencia técnica refuerza la idea de que la mejora relativa de las mujeres mayores está condicionada por el tipo de gesto motor y la eficiencia mecánica más que por la potencia bruta.

Otro aspecto clave es el papel de la experiencia y la continuidad del entrenamiento. Las mujeres mayores que compiten en campeonatos internacionales suelen haber mantenido hábitos de práctica regular durante décadas, lo que no solo preserva su capacidad funcional, sino que optimiza su técnica y su economía energética. Este “capital humano” acumulado es uno de los factores más relevantes en la longevidad deportiva.

La reducción de la brecha de género con la edad no implica necesariamente una equiparación absoluta en todos los eventos, pero sí evidencia una convergencia significativa. En los grupos máster más jóvenes (25–45 años), las diferencias persisten, reflejando aún las limitaciones fisiológicas descritas por Joyner. Sin embargo, en las categorías de 60 años en adelante, estas diferencias desaparecen o incluso se invierten, lo que sugiere que los condicionantes hormonales o estructurales pierden peso frente a la experiencia, la adherencia al entrenamiento y las adaptaciones metabólicas adquiridas.

En un plano práctico, los autores subrayan que el declive del rendimiento no es uniforme. Con programas de entrenamiento bien estructurados —centrados en la técnica, la fuerza funcional, la resistencia aeróbica y la recuperación— es posible mantener o incluso mejorar los resultados en edades avanzadas. Los entrenadores y fisiológos pueden utilizar esta información para diseñar estrategias específicas por edad, sexo, estilo y distancia, promoviendo una longevidad deportiva activa y competitiva.

Finalmente, los autores señalan que los hallazgos tienen implicaciones más amplias sobre el envejecimiento humano: el ejercicio continuado y la participación competitiva pueden modificar las trayectorias fisiológicas típicas del envejecimiento, contribuyendo no solo al rendimiento, sino también a la salud, la funcionalidad y la autoestima en edades avanzadas. En este sentido, las nadadoras máster representan un ejemplo paradigmático de cómo la edad biológica y la edad funcional pueden disociarse mediante el entrenamiento.

Conclusión

El estudio de Demarie y colaboradores confirma que las mujeres mayores, especialmente las mayores de 60 años, están experimentando una aceleración en sus mejoras relativas de rendimiento en natación máster, superando la tasa de progreso de los hombres. Este fenómeno, descrito como una forma de “envejecer al revés”, sugiere que la edad no constituye una barrera fija para la mejora deportiva y que, bajo condiciones adecuadas de entrenamiento y motivación, el rendimiento puede seguir evolucionando incluso en etapas avanzadas de la vida.

En definitiva, los resultados reactivan la hipótesis de Whipp y Ward (1992): aunque las mujeres no superen los récords masculinos absolutos, sí pueden alcanzar o sobrepasar los rendimientos relativos cuando se considera la edad. Lejos de ser una excepción, las mujeres máster están redefiniendo los límites del envejecimiento deportivo y demostrando que la fisiología del rendimiento puede mantenerse joven mucho más tiempo del que se creía.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/10/Ageing-in-reverse.pdf

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