julio 20, 2025

Dios me pone donde debo estar

Bien sea en las Grandes Ligas, donde lanzó incluso hasta hace un par de años, o en un circuito recién nacido como la Liga Mayor de Béisbol Profesional, de Silvino Bracho siempre pueden esperarse innings de calidad al final de los juegos y liderazgo dentro del bullpen. Son características que han llevado a que el marabino sea considerado como uno de los mejores relevistas del país en la última década.

Desde esta temporada, Bracho, de 32 años de edad, también está exhibiendo su habitual dominio en la recta final de los juegos a lo largo de los cuatro recintos que albergan los encuentros de la LMBP.

Con el uniforme azul de Delfines de La Guaira, muy distinto al que utilizó en las mayores con los Cascabeles, Rojos y Bravos, e incluso al que suele lucir con las Águilas del Zulia en el invierno, el derecho está feliz por una nueva oportunidad en su carrera.

«Estoy agradecido con Dios porque siempre me pone en donde tengo que estar», aseguró el brazo en declaraciones para el departamento de prensa de su combinado.

En sus primeras 15 apariciones en el circuito veraniego, Bracho registró una sólida efectividad de 2.40, con un WHIP de 0.93 y 20 ponches en 15 entradas de labor, en las que consiguió un rescate.

Delfines (18-13), por su parte, superó un lento arranque de la presente contienda para escalar posiciones con rapidez y arribó a la jornada de este martes igualado en la segunda plaza con Caciques, a solo un juego y medio de distancia de la punta.

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«Al principio de la temporada tuvimos una racha muy mala y dije que afortunadamente fue al comienzo y ahora estamos levantando cabeza y las cosas vienen saliendo bien», indicó Bracho. «Siento que estábamos tratando de hacer todo bien y no se estaban compaginando el pitcheo y el bateo», añadió.

En medio del mal momento del equipo en ese entonces y aprovechando su chapa de veterano con siete campañas de experiencia en el máximo nivel, el taponero le dirigió algunas palabras a sus compañeros en un intento por liberarlos de presión y llenarlos de confianza.

«Intenté conversar con los muchachos y decirles que no nos metiéramos presión. Sé el equipo que tenemos», contó. «Tenemos que tratar de mantener el entusiasmo que traemos».

Esa fue una lección que Bracho dio de forma oral; sin embargo, hay otras que resulta mejor explicarlas con hechos.

«A veces es bueno cuando los partidos son complicados al principio porque nos dan la oportunidad a nosotros de hacer los ajustes y las pequeñas cosas como equipo», dijo el zuliano tras una remontada reciente del conjunto en Barquisimeto. «Lo que importa es el juego ganado», agregó.

Y en cuanto al nivel de la liga, Bracho tiene todo menos quejas. En lo grupal y en lo individual, ha encontrado la competitividad que buscaba.

«Es bueno cuando uno ve que la liga está competitiva porque nos exige a nosotros como equipo a mantener el nivel, a seguir ganando. No hay chance de tener debacles», sentenció.

Prensa LMBP

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