junio 24, 2025

Efectos de diferentes modalidades de ejercicio sobre la sarcopenia

Sánchez JLC, Gallardo-Gómez D, Alfonso-Rosa RM, Cruz BDP, Ramos-Munell J, Del Pozo-Cruz J. Effectiveness of different types of exercise based-interventions in sarcopenia: A systematic review and meta-analysis. Geriatr Nurs. 2025 May 10;63:635-642. doi: 10.1016/j.gerinurse.2025.04.019.

La sarcopenia es una enfermedad muscular progresiva y generalizada asociada con la edad, caracterizada por pérdida de masa muscular, fuerza y rendimiento físico, lo que incrementa el riesgo de caídas, fracturas, dependencia funcional, hospitalización y mortalidad. La redefinición por parte del Grupo Europeo de Trabajo sobre Sarcopenia en Personas Mayores (EWGSOP2) y el Grupo Asiático (AWGSOP2) ha impulsado una visión más homogénea para su diagnóstico y tratamiento.

Uno de los principales desafíos actuales en el abordaje clínico de la sarcopenia es la ausencia de tratamientos farmacológicos efectivos, lo que hace del ejercicio físico una herramienta clave. Sin embargo, aunque existen múltiples estudios que respaldan el uso del ejercicio para mejorar fuerza muscular, calidad muscular y rendimiento físico, todavía se desconoce qué tipo de intervención es la más eficaz.

En este contexto, el entrenamiento de fuerza ha sido particularmente señalado por su capacidad para estimular la síntesis proteica muscular a través de la vía mTOR y mejorar la activación de fibras musculares rápidas. No obstante, persiste la duda sobre si los programas multicomponente que combinan fuerza, equilibrio y ejercicio aeróbico pueden superar a intervenciones de un solo tipo (como caminar o entrenamiento aeróbico aislado).

Por otra parte, la influencia del sexo y la edad en los efectos del ejercicio también ha sido poco explorada. Las diferencias hormonales, como la caída de los niveles de estrógenos tras la menopausia, o la sarcopenia acelerada con la edad avanzada, podrían condicionar la respuesta al ejercicio y justificar adaptaciones específicas según el perfil del paciente.

El objetivo de esta revisión sistemática y meta-análisis fue analizar la eficacia del ejercicio físico en personas mayores con sarcopenia diagnosticadas según los nuevos criterios unificados. Se evaluó tanto la fuerza muscular como el rendimiento físico, y se estudiaron factores modificadores como el sexo y la edad.

Se incluyeron 28 estudios con 2582 participantes, la mayoría mujeres (62.8%), con una media de edad de 73.9 años. La mayoría de las intervenciones se realizaron en pacientes ambulatorios, aunque también se incluyeron pacientes hospitalizados.

Entre los tipos de ejercicio analizados, el más frecuente fue el entrenamiento de fuerza (18 estudios), seguido de intervenciones multicomponente, aeróbicas, de vibración, de marcha o equilibrio, y otras como Tai Chi o realidad virtual.

En el análisis global, el ejercicio físico demostró ser eficaz para mejorar tanto el rendimiento físico (SCFB = 0.21) como la fuerza muscular medida por fuerza de prensión (ganancia media = 2.5 kg). El entrenamiento de fuerza fue la única modalidad que mostró un efecto significativo en el rendimiento físico (SCFB = 0.23).

En el análisis por subgrupos, se observó que las mujeres alrededor de los 65 años obtenían mayores beneficios en rendimiento físico que los hombres. Sin embargo, esta diferencia disminuía con la edad. En cuanto a la fuerza muscular, no se encontraron diferencias significativas entre sexos, aunque los mayores efectos se registraron en personas más jóvenes (65-70 años).

Un análisis secundario centrado exclusivamente en la velocidad de la marcha mostró mejoras clínicamente relevantes (incremento de 0.11 m/s), reforzando el valor del ejercicio físico para mejorar la movilidad y reducir el riesgo de caídas.

Los resultados de esta revisión aportan evidencia moderada sobre la efectividad del ejercicio físico para tratar la sarcopenia, especialmente mediante intervenciones de fuerza. Estos hallazgos coinciden con estudios previos, aunque el efecto estimado en esta revisión fue más conservador. Esto puede atribuirse al uso de modelos estadísticos bayesianos más precisos, a la inclusión de estudios más recientes y al uso de criterios diagnósticos homogéneos.

El entrenamiento de fuerza demostró ser más efectivo que otras modalidades. Esto refuerza la recomendación de incluirlo como componente central en programas de intervención contra la sarcopenia. La activación de la vía mTOR y el reclutamiento de fibras rápidas explican parte de sus beneficios fisiológicos.

Además, los efectos modulados por sexo y edad también merecen atención. Las mujeres jóvenes parecen beneficiarse más del ejercicio, posiblemente por su perfil hormonal favorable antes de la menopausia. Esta ventaja desaparece con la edad, a medida que descienden los niveles de estrógenos y aumenta la fragilidad. En los varones mayores también se observa una reducción del efecto del ejercicio, probablemente por el descenso progresivo de testosterona y otras limitaciones funcionales asociadas al envejecimiento.

Estos hallazgos indican que los programas de ejercicio deben personalizarse según la edad y el sexo del paciente, buscando maximizar la eficacia y la adherencia. En personas mayores, el deterioro funcional, la multimorbilidad o el miedo a las caídas pueden limitar la participación en programas intensos de fuerza, por lo que puede ser necesario adaptar la dosis y modalidad del ejercicio.

A pesar de la solidez del análisis, el riesgo de sesgo de los estudios incluidos fue una limitación importante. Solo siete estudios fueron considerados de bajo riesgo de sesgo, mientras que siete fueron clasificados como de alto riesgo. Sin embargo, los análisis de sensibilidad mostraron que los resultados eran consistentes incluso al excluir estos estudios, lo que respalda la robustez de los hallazgos.

Otra limitación fue la heterogeneidad en los protocolos de intervención: duración, frecuencia, intensidad y tipo de ejercicios variaron significativamente entre estudios. Esto impide establecer recomendaciones precisas sobre la “dosis óptima” de ejercicio. Se necesita más investigación para definir claramente qué volumen, intensidad y duración son necesarios para inducir mejoras significativas en esta población.

Conclusiones

Este metaanálisis respalda el uso del ejercicio físico, especialmente del entrenamiento de fuerza, como intervención eficaz para mejorar la función física y la fuerza muscular en personas mayores con sarcopenia. El ejercicio de fuerza debe considerarse la piedra angular del tratamiento, y su aplicación debería adaptarse al perfil del paciente, teniendo en cuenta la edad y el sexo.

La mejora más clara se observó en personas de 65 a 70 años, lo que sugiere la necesidad de iniciar intervenciones tempranas, antes de que la sarcopenia esté demasiado avanzada. Además, los resultados indican que las mujeres pueden beneficiarse más que los hombres en las etapas iniciales de la vejez.

Para avanzar en la implementación clínica, se requiere investigación adicional que explore la relación dosis-respuesta del ejercicio, su impacto a largo plazo y su influencia en otros marcadores de salud como la calidad de vida, la función cognitiva y los biomarcadores inflamatorios o hormonales.

Acceso libre al artículo original en: https://www.fisiologiadelejercicio.com/wp-content/uploads/2025/05/Effectiveness-of-different-types-of-exercise-based.pdf

Ver fuente