Vitico entre los mejores desde la cueva al plato

Casi cuarenta y cinco años después de consumir el último de más de 4 mil turnos que registró en su carrera de 16 temporadas en las Grandes Ligas, el legendario Víctor Davalillo conserva cómodamente el récord de mayor cantidad de hits conectados (95) entre los bigleaguers venezolanos que han actuado en calidad de bateadores emergentes en la historia del mejor beisbol del mundo
El 6 de octubre de 1980, Vitico, entonces con 41 años de edad, reemplazó al lanzador californiano de los Dodgers, Bobby Castillo, en el orden ofensivo del mánager Tom Lasorda. Cerrando el quinto acto, con hombre en primera base (Derrell Thomas), ante envío de Joe Niekro, roleteó por segunda para que forzaran allí al corredor y se quedó en primera, viendo cómo dominaban a los dos siguientes bateadores para concluir la entrada.
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Esa fue su última visita al plato en 1458 juegos de campaña regular en los que intervino entre 1963 y 1980. En sus seis primeras temporadas (1963-68) actuó como jardinero central titular de Cleveland y luego fue un eficiente outfielder de reserva con Angelinos, Cardenales, Piratas, Atléticos y Dodgers.
Emergente virtuoso
El 30 de mayo de 1969, los Angelinos enviaron a Vitico a los Cardenales y desde que llegó a la cueva ganó fama como oportuno pinch hitter. En su primera visita al plato, el 1 de junio, dio jonrón de tres carreras contra el zurdo Gerry Arrigo, de los Rojos, para coronar racimo de cinco anotaciones que aseguraron victoria de 11 por 3.
El 2 de julio, de emergente por el dominicano Julián Javier, en el cierre del octavo inning, con bases llenas ante el relevista de los Mets, Ron Taylor. ligó grand slam que igualó la pizarra 4-4 en juego que ganaron los visitantes neoyorquinos en 14 episodios 6 por 4.
Dos hits en el séptimo acto
De una de las más recordadas actuaciones de Víctor Davalillo como emergente se cumplieron este 7 de junio pasado 55 años.
Aquel domingo, en el Busch Stadium de San Luis, tomó dos turnos y sonó dos hits en el séptimo inning, que generaron confusión entre reporteros y buena parte de los aficionados.
Perdiendo 7-3 ante los Padres, el mánager de San Luis, Red Schoendienst, lo llamó de emergente en reemplazo del lanzador Bob Gibson y respondió con hit al centro ante el relevista caraqueño Roberto Muñoz en lo que fue el inicio de un racimo de siete rayitas que voltearon el score al conectar hasta ocho imparable, el penúltimo de ellos el segundo hit de la entrada para Vitico, otro cañonazo hacia el centro, para sembrar la duda en torno a dos imparables en una entrada por parte de un bateador del banco.
Aclarado el punto de que, por regla de anotación solo fue al plato una vez como pinch hitter y para el otro turno le asignaron la posición defensiva de jardinero izquierdo, terminó la temporada de 1970 con 23 imparables en 71 turnos como emergente, a apenas un hit del récord de incogibles para pinch hitters que para era campaña era de 24. Pero la marca vitalicia para venezolanos de la cueva al plato sigue en su poder.