Potencia y resistencia aeróbica: ¿opuestos irreconciliables o aliados complementarios?

Ferguson C, Furrer R, Murach KA, Hepple RT, Rossiter HB. Power and Endurance: Polar Opposites or Willing Partners? Med Sci Sports Exerc. 2025 Jun 23. doi: 10.1249/MSS.0000000000003793.
La potencia neuromuscular máxima y la resistencia aeróbica son cualidades distintas del rendimiento físico. La evaluación de la potencia suele hacerse mediante dinamometría en movimientos articulares aislados, mientras que la resistencia aeróbica se mide con pruebas cardiopulmonares como el umbral de intercambio gaseoso (GET), el consumo máximo de oxígeno (VO₂max) o la potencia crítica (CP). Aunque tradicionalmente se ha creído que los entrenamientos de fuerza y resistencia inducen adaptaciones excluyentes debido a diferencias en la activación de unidades motoras y señales moleculares opuestas (efecto de interferencia), esta revisión cuestiona esa dicotomía. Los autores proponen que fuerza y resistencia pueden coexistir e incluso potenciarse mutuamente, sobre todo en poblaciones no deportivas y clínicas.
El efecto de interferencia
Estudios clásicos como el de Hickson (1980) indicaban que el entrenamiento de resistencia podía interferir con las ganancias de fuerza. A nivel molecular, se pensaba que la activación de AMPK (resistencia) inhibía la vía mTORC1 (fuerza), generando una competencia intracelular. Sin embargo, nuevas investigaciones muestran que ambas modalidades activan señales comunes, como el aumento de catecolaminas, cortisol o calcio intracelular, y que el solapamiento transcripcional tras una sesión de ejercicio agudo es notable. La magnitud y duración de estos efectos varía con la intensidad, la recuperación y el grado de entrenamiento previo. Además, hay células inmunes residentes, como las ILC2, que también participan en la adaptación muscular a la resistencia, lo que revela una complejidad que supera el modelo de interferencia binario.
Estado actual de la literatura sobre entrenamiento concurrente
Análisis recientes desmontan la idea de que la resistencia impida la hipertrofia o las mejoras de fuerza cuando se combina con entrenamiento aeróbico. De hecho, en individuos no entrenados, el entrenamiento concurrente puede potenciar la hipertrofia más que la fuerza sola. Aunque existe cierta atenuación de la hipertrofia en fibras lentas con el uso del running como modalidad de resistencia, el efecto no es relevante en la mayoría de contextos. Sin embargo, sí hay más consenso sobre una posible interferencia en el desarrollo de potencia explosiva cuando se combinan ambos entrenamientos, especialmente en atletas avanzados. Modelos animales como el PoWeR (rueda con peso progresivo) demuestran que es posible obtener adaptaciones conjuntas de fuerza y resistencia, tanto a nivel estructural como molecular.
Beneficios del entrenamiento de fuerza sobre la resistencia y la “resiliencia fisiológica”
Aunque el entrenamiento concurrente podría afectar el desarrollo de potencia, numerosos estudios y metaanálisis muestran que añadir fuerza al entrenamiento de resistencia mejora parámetros clave del rendimiento aeróbico como la economía de carrera, CP y la resiliencia fisiológica. Esta última se refiere a la capacidad de mantener el rendimiento pese a la fatiga. La evidencia en esquiadores, ciclistas y duatletas bien entrenados sugiere que la fuerza mejora el tiempo hasta el agotamiento después de ejercicios prolongados, sin modificar VO₂max. Además, se reduce la percepción de esfuerzo. La proporción óptima parece situarse en torno al 25% del total de sesiones semanales destinadas a entrenamiento de fuerza.
Consideraciones prácticas para el entrenamiento concurrente en el deporte
Para deportes como el remo de 2000 m, que requieren potencia y resistencia, el orden y la distribución de sesiones es clave. El efecto de interferencia es más marcado si ambos tipos de entrenamiento se realizan en la misma sesión. Separarlos al menos 6 horas (idealmente 24) parece evitar efectos negativos. Si deben hacerse juntos, se recomienda comenzar con la fuerza. Además, no es necesario llevar los ejercicios de fuerza hasta el fallo para obtener adaptaciones óptimas; de hecho, entrenar sin fallo puede mejorar más la potencia y facilitar la recuperación. Estudios en remeros muestran mejores resultados cuando se limita la pérdida de velocidad entre repeticiones a un 10%.
Fundamentos fisiológicos de la pérdida paralela de fuerza y resistencia con el envejecimiento
El envejecimiento se asocia con una pérdida paralela de masa muscular, fuerza y capacidad aeróbica, sugiriendo una causa biológica común. En modelos animales, estas pérdidas siguen trayectorias similares, independientemente del tipo de fibra muscular. El deterioro de la función mitocondrial aparece como el mecanismo unificador, ya que afecta tanto a la producción de energía como a la inervación muscular. Intervenciones que mejoran la salud mitocondrial, como la sobreexpresión de Park2 o antioxidantes como peroxiredoxina-3, pueden revertir estas pérdidas en ratones, lo que abre la puerta a intervenciones terapéuticas combinadas en humanos.
El entrenamiento de resistencia también mejora la fuerza con el envejecimiento
Aunque la fuerza suele abordarse con entrenamiento de fuerza, la evidencia sugiere que la resistencia aeróbica también puede mejorarla, especialmente en mayores. Estudios en humanos y animales muestran que el entrenamiento de resistencia aeróbica mitiga la fragmentación mitocondrial y mejora la movilidad con la edad. Además, la resistencia también puede inducir cambios típicos del entrenamiento de fuerza como aumento de la capilarización o de la actividad mitocondrial. Este solapamiento adaptativo cuestiona el modelo tradicional de prescripción de ejercicio en mayores y refuerza la idea de enfoques combinados.
Perspectivas clínicas y traslacionales
El concepto de que la potencia y la resistencia son cualidades independientes es una simplificación. Por ejemplo, el VO₂max puede estar limitado por la masa muscular activa. Estudios muestran que el volumen muscular, más que el tipo de fibra o la actividad enzimática, explica el VO₂max en tareas específicas. Normalizar este parámetro a la potencia isocinética elimina diferencias por edad o sexo, lo que destaca la importancia de la potencia muscular como determinante de la capacidad aeróbica real.
La interacción entre potencia y resistencia evaluada con mCPET
La prueba musculo-cardio-pulmonar (mCPET) permite evaluar simultáneamente el sistema neuromuscular, cardiovascular y pulmonar durante ejercicio en cicloergómetro. Esta prueba mide tres variables clave:
- Potencia isocinética (PI): se correlaciona con masa muscular y VO₂max.
- Índice de potencia aeróbica (API): porcentaje de PI alcanzado mediante metabolismo aeróbico. Permite identificar déficits en la capacidad de ventilación de la potencia disponible, especialmente en enfermedades como EPOC.
- Reserva de potencia (PR): capacidad de aumentar la potencia más allá del máximo alcanzado en la prueba incremental. Una PR alta puede reflejar limitaciones cardiovasculares, mientras que una baja indica fatiga neuromuscular.
- Índice de fatiga (FI): reducción de PI al final de la prueba. Aunque es constante (~50%) entre individuos, el FI por vatio de potencia es mayor en pacientes con enfermedades crónicas.
mCPET revela que la potencia neuromuscular es un mediador crítico de la capacidad aeróbica, con aplicaciones tanto diagnósticas como de planificación del entrenamiento.
Conclusiones
La idea de que fuerza y resistencia no pueden coexistir ha sido superada por la evidencia. Aunque la potencia explosiva puede verse comprometida en atletas que combinan entrenamientos, en la población general y clínica no se observa interferencia. Separar las sesiones de entrenamiento y evitar el fallo muscular optimiza las adaptaciones. En el envejecimiento, fuerza y resistencia se pierden de forma paralela, probablemente por mecanismos mitocondriales compartidos. Por ello, la intervención combinada tiene sentido fisiológico. Herramientas como mCPET permiten evaluar e individualizar esta interacción, confirmando que potencia y resistencia no son opuestos, sino aliados necesarios.
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