Sentí el apoyo del maestro

Hay personajes cuya historia se ha contado tantas veces que resulta difícil aportar algo nuevo. Drácula es uno de ellos, pero uno de los actores que consiguió darle una vuelta de tuerca fue Gary Oldman en el año 1992. Lo hizo gracias a una interpretación intensa, elegante y profundamente romántica y bajo la dirección de Francis Ford Coppola en ‘Drácula de Bram Stoker‘, aunque el actor no tenía previsto ponerse en la piel de este icono del terror gótico.
De hecho, Gary Oldman no tenía ningún interés en interpretar al Conde Drácula y ni siquiera lo había considerado como una posibilidad. Fue el nombre de Coppola lo que cambió por completo su perspectiva y le empujó a aceptar el que acabaría siendo uno de los papeles más emblemáticos de su carrera.
El director prometía una mirada nueva a un mito que ya estaba muy trillado y el resultado fue inolvidable, con una interpretación única que sin duda es una de las que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en las versiones que nos ha dado Hollywood del vampiro.
Suerte que llegó Coppola


En una entrevista con Josh Horowitz, el actor confesó que no estaba en sus planes un personaje como este, pero que le llegó la propuesta mientras estaba rodando ‘J.F.K.: Caso abierto‘ y que le atrajo tanto el enfoque visual y dramático del director que decidió dar el salto.
No necesitaba interpretar a Drácula. Nunca se me había ocurrido hacerlo, ni considerarlo, ni pensarlo. Pero era Coppola y pensé que haría algo muy interesante con él. Y así me animé.
El actor también bromeó con el tema, diciendo que «todos en este mundo han interpretado a Drácula» y que no pensó que estuviera «compitiendo contra Bela Lugosi o Christopher Lee’», simplemente sintió «el apoyo del maestro”.
Por otro lado, en la misma conversación, el actor habló del guion de James V. Hart, que también jugó un papel clave, porque la historia recuperaba aspectos esenciales del mito original, como las transformaciones sobrenaturales del conde, pero ponía el foco en su dimensión romántica y trágica. De hecho, hubo una frase en concreto que le gustó mucho al actor. La que dice “he cruzado océanos de tiempo para encontrarte”.
Hay que reconocerle a Jim que el guion era precioso. […] Recuerdo exactamente dónde estaba cuando la leí [la cita mencionada]. Estaba en una caravana, en una pausa durante el rodaje de ‘JFK’. Leí eso y pensé: ‘Dios mío, me encantaría decir esa frase’. Escuché la voz de Drácula.
El romance y la tragedia en el cine moderno


Drácula se ha reencarnado en muchos actores a lo largo de la historia del cine, pero la versión de Oldman es una de las más celebradas por su mezcla de sensibilidad, oscuridad y erotismo. Su interpretación del anciano vampiro en el castillo le aportaba mucha humanidad a una figura que solía ser tratada como un monstruo sin más.
De hecho, aunque seguirá habiendo más versiones del personaje, creo que la de Oldman, con su peluca y su mirada melancólica, seguirá siendo una de mis preferidas.
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