abril 28, 2025

No es pecado contar chistes de los curas

“No. No quiero coctel de camarones porque no tomo licores”… Yogi Berra.

“Me tomo mis whiskies, después de cada victoria… Y también cuando perdemos el juego… E igualmente si suspendemos por lluvia”… Bob Lemon.

“Bobby Richardson no toma licor, ni fuma, ni masca tabaco, ni batea más de 250”… Casey Stengel.

Un monaguillo se confiesa con el párroco a quien ayuda en las misas.

-Bendígame, Padre. El pecado. Me he acostado con una chica frívola. El sacerdote, a través del confesionario, pregunta: -¿Eres tú, Pedro Pagano? -Sí, padre, soy yo. -¿Y quién es la chica con la cual estuviste?

-No puedo decírselo, padre, no arruinaré su reputación. -Bueno, Pedro, tarde o temprano sabré su nombre, así que deberías decírmelo ahora. ¿Fue Matilde Montalbán? -No debo decirlo. -¿Fue Teresa Mazzarelli? -Nunca lo diré. -¿Fue Nina Campeche?

-Lo siento, no puedo. -¿Fue Cathy “La Pecosa”?

-Mis labios están sellados. – Entonces, ¿fue Rosa Di´Angelo? -Por favor, padre, no puedo decírselo.

El sacerdote suspira frustrado y le dice:

-Eres muy discreto, Pedro Pagano, y te respeto por eso. Pero has pecado y debes hacer penitencia.

No podrás ser monaguillo durante los próximos cuatro meses. Ahora ve y compórtate.
Pedro vuelve a su puesto; y su amigo Franco se le acerca y le susurra: -¿Cómo estuvo eso?

-¡Logré cuatro meses de vacaciones y la lista de las chicas gozadoras de la parroquia!

“Nada más lento que una tortuga con artritis”…Chus Aldana.

“No me explico por qué Papa Dios no nos puso un ojo en la nuca, para ver lo que ocurre por detrás de uno”… Joseph McKadew.

“No existe un afuera que no venga de un adentro”… Anónimo.

“El doctor Frankeistein se equivocó: Intentó crear un monstruo y le resultó una estrella del cine”… La Pimpi.

Nunca me imaginé que Albert Einstein fuera tan feo.

¡Imagínate cómo será su hermano, Frank Einstein!.

¿Por qué José Miguel no vino a trabajar hoy? Está hospitalizado. Pero, ¡¿cómo va a ser?, si anoche lo ví feliz, bailando con una vecina!

Su esposa también lo vio.

La cirujana que lo había operado en la mañana, va por la tarde a ver al paciente. Y después de examinarlo, le dice: “Esta noche le voy a dejar una enfermera”.

La respuesta: “¡Aaay, noooo doctora!, otro día. Ahora estoy muy adolorido”. Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

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